La historia del origen de la celebración de la Pascua la encontramos en la Biblia. Hay dos tipos de Pascuas:
1) La que celebran los judíos.
Éxodo 12:12-13Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré á todo primogénito en la tierra de Egipto, así en los hombres como en las bestias: y haré juicios en todos los dioses de Egipto. YO JEHOVÁ. Este pasaje define la Pascua que celebran los judíos. Ellos recuerdan el día en que Jehová los saco de tierra de esclavitud, cuando por medio de la sangre de un cordero sacrificado, pusieron una marca de sangre en sus puertas y dinteles y esta fue la señal para que Dios pasara por encima de los judíos sin tocarles, pues habría de herir a los egipcios con la plaga de mortandad. Esta mortandad fue lo que hizo que finalmente el Faraón dejara ir a los Israelitas de Egipto a la tierra que Dios les había prometido por heredad. Pero conforme a la Palabra de Dios, todo tiene un significado profético, la Pascua en el nuevo testamento pasó de ser la fiesta de los judíos, al extraordinario sacrificio del Cordero de Dios, que quita el pecado de todo el mundo.
2) La que celebran los cristianos
Sabéis que dentro de dos días se hace la pascua, y el Hijo del hombre es entregado para ser crucificado. Mateo 26:2Jesús profetizó su muerte, dentro de la celebración de la pascua. Esto no es coincidencia alguna, tiene un significado profundo y tremendo para los cristianos, y para los judíos mesiánicos que creen en Jesús como el Mesías.Su sangre es la sangre del Nuevo pacto. [Marcos 14:24] A partir de este momento, la pascua ya no sería un cordero sacrificado, ni sangre derramada, ni panes sin levadura, ni vino. A partir de este momento, Jesús es la pascua que Dios tenía preparada para todos desde antes de la fundación del mundo. Jesucristo fue el sacrificio perfecto, una sola vez y para todos los hombres. JESUCRISTO ES LA PASCUA.Y su sangre, es la sangre del Nuevo Pacto, que por nosotros fue derramada. Así como en el antiguo testamento se tuvo que derramar la sangre de un cordero y por su sangre fueron libertados los hebreos, Jesucristo hizo lo mismo pero esta vez de una magnitud exponencialmente mayor.
Alabado sea nuestro amado Jesucristo, el que hizo nuevas todas las cosas.
Alabado sea nuestro amado Jesucristo, el que hizo nuevas todas las cosas.
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