La serpiente de bronce (1 Juan 1:9)

Los Israelitas otra vez habían comenzado con quejas. Decían a Moisés: “¿Por qué nos sacaste de Egipto para muramos en el desierto? ¡No hay pan! ¡Y no hay agua! ¡Y no nos gusta la comida!” La comida que no les gustaba era el mana. Dios les había dado mana para que no murieran de hambre en el desierto. Dios no estaba contento con su pueblo. El envió culebras que mordieran a los que se quejaban. Las culebras eran venenosas y muchos murieron. Entonces el pueblo se dio cuenta que había pecado. Se sintieron tristes porque con sus quejas habían pecado. El pueblo pidió ayuda a Moisés. Ellos admitieron: “Hemos pecado porque nos quejamos. Pide a Dios que nos libre de las culebras.” Moisés oro. Dios amaba a su pueblo y quiso ayudarlos porque se habían arrepentido de su pecado. Dios dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y que la pusiera en un poste. La persona que había sido mordida podía mirar la serpiente de bronce y seria sanada. Moisés hizo la serpiente de bronce. Cuando el pueblo obedeció y miro a la serpiente fueron sanos. Dios tenía un plan para salvar al pueblo de su pecado.
DIOS TODAVIA NOS RESCATA DEL PECADO SI VAMOS A EL Y LE DECIMOS QUE ESTAMOS ARREPENTIDOS Y LE PEDIMOS QUE NOS PERDONE.DEBEMOS CONFIAR QUE LO HARA.